En la campaña de 2016 el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sembró dudas respecto a la posibilidad de fraude por parte de los demócratas, quienes entonces tenían como candidata a Hillary Clinton. En aquella oportunidad, Clinton era la favorita y además su partido estaba en el poder. Cuatro años después, Trump llega a la campaña de la reelección con una desventaja de 10 puntos en los sondeos de intención de voto en relación al demócrata Joe Biden. Ahora presidente, Trump vuelve a agitar los fantasmas del fraude electoral. 

2020 será la más imprecisa y fraudulenta elección de la historia. Será un gran bochorno para Estados Unidos.

Desde hace algunos meses, a medida que la pandemia de COVID-19 avanzaba por Estados Unidos y las elecciones de noviembre se aproximaban, Trump comenzó a criticar al sistema de votación por correo, una alternativa utilizada en muchos estados para aquellos que no pueden asistir a la votación y, que se perfila como la gran solución para desarrollar los comicios en plena pandemia. Este jueves fue más allá, por primera vez en la historia de Estados Unidos el presidente en ejercicio sugirió posponer las elecciones. Con la votación universal por correo “2020 será la más imprecisa y fraudulenta elección de la historia. Será un gran bochorno para Estados Unidos” escribió en Twitter. A las declaraciones de posible fraude y la sugerencia de postergar las elecciones se le suma que en reiteradas oportunidades Donald Trump ha evitado responder si reconocería una eventual derrota electoral en noviembre. “Tengo que verlo, no voy a decir que sí”, manifestó al respecto en una entrevista la semana pasada. 

Nunca en la historia de este país, a través de las guerras, las depresiones y la Guerra Civil, hemos dejado de realizar a tiempo elecciones programadas federalmente.

Sin embargo, la posibilidad de postergar las elecciones depende del Congreso, ya que es el Legislativo norteamericano quien tiene esa potestad, y al día de hoy es imposible que ello suceda. En primer lugar, en la Cámara de los Representantes los demócratas tienen mayoría, y Nancy Pelosi, líder demócrata y presidente de la Cámara, manifestó que no habrá postergación de la elección. En segundo lugar, desde el propio Partido Republicano han salido al cruce de las declaraciones de Trump. Mitch McConnel, líder republicano en el Senado fue contundente: “Nunca en la historia de este país, a través de las guerras, las depresiones y la Guerra Civil, hemos dejado de realizar a tiempo elecciones programadas federalmente. Encontraremos la manera de hacerlo nuevamente este 3 de noviembre.” 

La cúpula del Partido Republicano estaba presionando para que Trump cambie su discurso contra la votación por correo desde hace algunas semanas, ya que la denuncia de fraude podría redundar en una menor participación de los electores republicanos, que no asistirían a votar por temor a la Covid, pero tampoco lo harían por correo por temor al fraude. Una menor participación de los votantes republicanos allanaría el camino para la elección de Joe Biden. 

No es nuevo que Donald Trump promueva la desconfianza en las elecciones y el sistema democrático en general. En gran medida, su ascenso al poder se explica como un rechazo a la élite política.

Así las cosas, por el momento lo más probable es que el 3 de noviembre se lleven a cabo las elecciones tanto de manera presencial como por correo (en algunos estados totalmente por correo). No es nuevo que Donald Trump promueva la desconfianza en las elecciones y el sistema democrático en general. En gran medida, su ascenso al poder se explica como un rechazo a la élite política, e incluso económica, por parte de aquellos que se sienten postergados materialmente (desindustrialización y pérdida de empleos) o amenazado su status dentro de la sociedad estadounidense (centralmente por la inmigración y los movimientos identitarios), condensado en el eslogan “Make America Great Again (hagamos a América grande otra vez). 

Una de las tantas claves de la elección estará en la aceptación del discurso radicalizado del presidente entre el conjunto de electores republicanos.

Mientras los seguidores de Trump, un presidente que siempre habló para su propia base, posiblemente se sienten a gusto con las reciente declaraciones sobre el proceso electoral, una de las tantas claves de la elección estará en la aceptación del discurso radicalizado del presidente entre el conjunto de electores republicanos. Luego de cuatro años de mandato apostando a la polarización del país y sembrando polémicas, se aproxima el momento de la cosecha. 

Si te interesó esta nota, te sugerimos leer: La escalada de Trump contra China