Comienza así una nueva etapa de nuestra joven Democracia en el día de su cumpleaños número 40, demostrando a propios y extraños que la voluntad soberana del pueblo es respetada por el sistema institucional y se expresa con absoluta libertad e independencia a través del voto.

Como seguramente te pasa a vos, amo a la Argentina y deseo de todo corazón la felicidad de todo el pueblo argentino. No es de argentos desear que las cosas le vayan mal al país. De ninguna manera se puede aceptar eso de que “cuando peor, mejor”.

Pero es fundamental que los gobernantes tengan en claro que no es posible que a la Argentina le vaya bien y al mismo tiempo al pueblo argentino le vaya mal.

Como lo vengo diciendo, lamentablemente desde hace ya mucho tiempo, la deuda interna, la deuda del sistema democrático con el pueblo, con las necesidades y expectativas del pueblo argentino, no se ha saldado en estas cuatro décadas de vigencia institucional ininterrumpida.

“Los pueblos pueden no tener en claro lo que quieren, pero siempre tienen en claro lo que no quieren” supo señalar un sabio estadista. Expresión nunca tan válida y evidente como en las recientes elecciones pasadas.

La abrumadora mayoría del pueblo argentino reclama un cambio, un cambio profundo, de verdad. Claro que las alternativas, los caminos a tomar para cambiar la realidad, no convergen en políticas de consenso.

La manera en la que arrancó esta nueva etapa no da muchas señales en ese sentido.

es fundamental que los gobernantes tengan en claro que no es posible que a la Argentina le vaya bien y al mismo tiempo al pueblo argentino le vaya mal

La razón más importante por la que apoyé a Sergio Massa fue por su propuesta de gobierno de unidad nacional. Desde estas columnas hace tiempo, mucho tiempo, que venimos pregonando la necesidad de generar políticas públicas estratégicas, políticas de Estado, las cuales naturalmente solo pueden obtenerse a través del diálogo, la discusión y el acuerdo de mayorías.

No es momento para repetir nuestra preocupación sobre el futuro que se cierne sobre nuestra sociedad. Es el momento de respetar la voluntad popular y desear que la gestión que se inicia sea buena para el país y para el pueblo.

“Hay que desensillar hasta que aclare”, el presidente de la Nación tiene que ejercer su mandato, como lo juró hoy, respetando y haciendo respetar la Constitución Nacional.

Pero Javier Milei no quiso hablarle a la Asamblea Legislativa, como es tradicional en un cambio de gobierno. Solo sonrió para las fotos y saludó a unos pocos, Mauricio Macri entre ellos, a quien le brindó un fuerte abrazo, al igual que con Jair Bolsonaro.

Después les habló a sus seguidores de espaldas al Congreso Nacional. Fueron gestos fuertes. Espero que no constituyan la antesala de una manera displicente o irrespetuosa de relacionarse con el Poder Legislativo, ámbito específico de la representación democrática de la sociedad.

Como siempre sucede en cada cambio de gobierno, aparecieron los “besa manos” de turno y lo halagadores del poder. La oposición se mantuvo mayormente callada. Juan Grabois fue una excepción.

Merece ser destacada la actitud del dirigente del Frente Patria Grande y excandidato presidencial quien llamó hoy a "respetar la voluntad mayoritaria del pueblo" que eligió al presidente Javier Milei, pero para poder "convivir", pidió "respetar" también a la "enorme cantidad de argentinos" que eligió otra opción, al cuestionar el primer discurso del libertario como mandatario.

Con un mensaje en su cuenta de la red social X, Juan Grabois analizó que en esta "etapa de profundas diferencias conceptuales", que comenzó con la asunción de Milei, "para que podamos convivir, tiene que estar signada por el respeto", y en ese marco, llamó a "respetar al otro", pero también "hacerse respetar".

"Primero al valor superior de la paz y la diversidad democrática – subrayó – Nunca la guerra entre nosotros y que el que viole esa ley de paz por odio político... sea de un palo o el otro, que las pague", remarcó Grabois y destacó que cumplir ese objetivo es "responsabilidad de todos, pero principalmente del presidente".

Además, llamó a "respetar la voluntad mayoritaria del pueblo que votó a Milei, pero también a la voluntad de otra enorme cantidad de argentinos que nos eligieron, a las representaciones sectoriales y sindicales electas por sus trabajadores y miembros, a los municipios, pueblos originarios y comunidades con sus representantes".

En sintonía, pidió hacer "respetar los derechos económicos, sociales, culturales y humanos de todos, que tienen rango Constitucional e incluso supraconstitucional por tratados internacionales, porque trascienden los deseos del poder ejecutivo circunstancial que dura cuatro breves años".

Además, calificó al primer discurso presidencial, que dio Milei sobre las escalinatas del Congreso luego de su asunción, como un "planteo mesiánico y fundacional, análisis histórico gorila, diagnóstico con elementos reales -como la gravedad de la crisis social y educativa- pero totalmente sesgado para justificar shock, ajuste al Estado, privatizaciones y despidos; preanuncia duplicación de precios y más pobreza".

Cuestionó que, con su discurso, Milei "amenaza al que protesta y sus organizaciones, pero tiene palabras amistosas con 'la casta', es decir los partidos políticos, la invita a traicionar sus convicciones y pasarse a sus filas".

"Nosotros no, Javier Milei, sabemos de dónde venimos, sabemos a dónde vamos. No venimos de la vieja casta ni vamos a ir con la nueva", se distanció de la propuesta libertaria y le anticipó al nuevo presidente que formará parte de una "oposición política e ideológica frontal, intelectualmente honesta pero implacable en sus principios".

Adelantó que la "estrategia reivindicativa social le corresponderá a la nueva conducción de UTEP, las organizaciones barriales y los gremios" y reivindicó que "todo el movimiento organizado de los trabajadores argentinos ha actuado dentro de la ley y ha sufrido la violencia ilegal del Estado y grupos parapoliciales".

Destacó que, a esos sectores, "nunca le han torcido el brazo con amenazas y represión", llamando a la "reflexión" porque "la historia no empieza ni termina con Javier Milei" y cuestionó que las "ideas de la libertad sin el complemento de la justicia, la igualdad y la fraternidad son solo una pantomima y duran poco porque la libertad sin justicia sólo es libertad para las élites".

Considero impecable la posición expresada por Juan Grabois y la comparto en su totalidad.