'Va...cayendo a la manga'
Hace unas semanas terminó la época de servicio en la mayoría de las zonas de cría del área central del país. Llegó la hora de esperar el momento del tacto y “boqueo” pero es también la hora de planificar qué haremos con los rodeos cuando tengamos los resultados.
Por Gerardo Gallo Candolo | 01-03-2020 11:00hs
Mayormente, esperamos cierto resultado de preñez comparándolo con la campaña anterior: más o menos forraje disponible, el trabajo observado de los toros, etc., pero a veces podemos tener sorpresas.
¿Qué haremos con las vacas vacías este año? En el 2019, con la exportación a China pagando cifras impensadas, no había que dudar, sobre todo si se debía al banco. Este año, con otros precios, se justifica pensarlo distinto.
Las vacas de cola corta y oreja cortada (vacía y poco diente) seguro irán a la venta, como siempre. Lo que tendríamos que planificar es mejorar su estado y venderlas antes de los fríos intensos.
Si las vacas vacías (pero de buen diente) resultantes del tacto son suficientes para armar un rodeo, y si entendemos que fue un problema de falta de comida suficiente, lo aconsejable es darles otra oportunidad (sería como comprarnos las vacas nosotros mismos).
Si contamos con un rodeo de parición de primavera estas lo engrosarían; caso contrario deberíamos “financiar” el mantenimiento de estos vientres hasta el próximo servicio.
Lógicamente, si la causa de la baja preñez fue la insuficiente comida, es un error de manejo que debemos subsanar para no cometer el mismo error en el futuro.
Si decidimos vender esos vientres por cuestiones financieras, recordemos que al vender vacas la diferencia ente lo cobrado y el valor libro impositivamente es ganancia, cosa contraria a lo que sucede al comprar vientres. Este es un tema a dialogar también con nuestro contador a la hora de estas decisiones.
Para aquellos que priorizan el negocio, por ejemplo vender vacías y comprar vacas con garantía de preñez con diferencias mínimas de inversión (a veces sumando ganancias); es común en ciertos establecimientos (por ej. de aguas salobres, pastos naturales), que los animales nacidos en el campo tengan mejores engordes y resultados en general que los comprados. Esas pérdidas normalmente no se compatibilizan con los buenos negocios en los papeles.
En resumen, es hora de decisiones con un ojo en el rodeo, otro en el forraje y la calculadora en la mano.
(*) Gerardo Gallo Candolo es Ingeniero Agrónomo y Periodista Agropecuario; asesor y administrador de empresas agropecuarias y analista del sector en medios periodísticos: Radio Mitre, Radio Cooperativa y Canal 26.