El jueves pasado no fue un día más en el aeropuerto de Venado Tuerto. Habían llegado dos aviones sanitarios para ser parte de una epopeya santafesina de múltiple ablación de órganos, en un proceso de reloj realizado en el Sanatorio San Martín de la pujante Ciudad, centro y músculo principal del Departamento Gral López.

Los profesionales del Cudaio (Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos) e Incucai (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante), fueron sorprendidos por la predisposición y la agilidad, marcado por un gran compromiso por el Dr. Emilio Venturelli, quien es el presidente del colegio de médicos de Venado.

Como marca el protocolo, el nombre del donante es mantenido en secreto, pero sabemos que le fueron extraídos el hígado, los dos riñones y los dos pulmones que dieron vida a otros seres humanos, lo que es un acto de amor tan grande como la vida misma. Además, se donaron las córneas y las válvulas cardíacas.

El despliegue en la Ciudad fue total, ya que se ordenó el tránsito con perfección, con la colaboración de la policía y los inspectores municipales, quienes acompañaron la ambulancia y cortaron el tránsito frente al Sanatorio San Martín, el recorrido fue emociónate, pues llevaban vida hasta llegar al aeropuerto venadense.

El paciente fue, sí, una persona joven que ingresó al quirófano alrededor de las 9.30 horas de la mañana, y todo fue supervisado por el experimentado personal del Cudaio y el Incucai. Es de destacar la determinación de los familiares del joven fallecido que no dudaron en dar permiso para la ablación, generadora de más vida y mejor calidad de vida para otras personas que estaban en la lista desde hace meses y meses con la esperanza de mejorar su salud.

Cuando los dos Lear Jet 35 y 60 levantaron vuelo a sus respectivos destinos, en sus alas llevaban el verdadero sentido de la vida, que es dar más vida, de poder extender lo más posible la calidad de vida de varias personas que, en diversos lugares del país, esperaban una nueva oportunidad, rezando porque llegue, sin saber de dónde, y esta vez fue desde Venado Tuerto, desde Santa Fe. Un tiempo de dolor se convirtió en sonrisa y nueva página que hay que seguir escribiendo, nuevas historias y nuevas experiencias de vida.

Esta es la cuarta ablación de lo que va del 2021 en Santa Fe y sumado a la donación de tejidos, ya son diez procesos de este tipo en treinta días. Esto implica una gran tarea, no solo de los equipos de profesionales intervinientes, sino de todo lo que significa la logística general que se debe montar y que sin la ayuda y experiencia de los profesionales del Cudaio y el Incucai, no hubiera sido posible.

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