Vendimia, calor y protocolos contra la COVID-19: ¿combo imposible?
La cosecha plantea grandes desafíos para trabajadores y productores en plena pandemia.
Por Christian Fasani | 25-02-2021 10:45hs
Como hemos comentado en El Agrario, la vendimia ya comenzó con todos los protocolos de protección contra la COVID-19 y, si bien durante esta semana las temperaturas estuvieron del lado de los cosechadores, se espera mucho calor para el resto de la temporada, lo que plantea un desafío para el efectivo uso del tapabocas entre los cosecheros. Además, los productores consideran que muchos de ellos son difíciles de cumplir.
Con el objetivo de evitar los contagios y así continuar con el cronograma de la cosecha, el Gobierno de Mendoza reforzó la difusión de recomendaciones y consejos para evitar los contagios. Entre ellas se encuentra la limpieza de herramientas de trabajo y contar con elementos de uso personal para evitar compartirlos; desinfección con alcohol o amonio y el uso obligatorio de tapabocas o máscara facial, como así también tomar la precaución de toser o estornudar en el pliegue del codo, evitar aglomeraciones y mantener la distancia de al menos dos metros entre las hileras.
Ahora bien, ¿cómo se vive el trabajo en plena pandemia puertas adentro?Los productores vitivinícolas plantean que "del dicho al hecho, hay un largo trecho". Los controles de rutina como la medición de temperatura y uso de barbijo al ingreso de los establecimientos y la provisión de alcohol para la desinfección de manos y objetos de protección personal están garantizados, pero no resulta tan fácil controlar que los trabajadores mantengan el tapabocas durante toda la jornada ya que "con tanto calor la gente termina poniéndose el barbijo en el mentón".
En la misma línea está el distanciamiento. Si bien en las fincas las hileras de los viñedos se encuentran separadas a más de 2 metros, finalizado el día, los trabajadores se juntan y "de la tranquera para afuera todo cambia". En igual condición se encuentra el tema del transporte de los cosecheros hacia los establecimientos, un procedimiento que no resultaría rentable para los productores "porque habría que disponer de una trafic para tres o cuatro personas y eso significa un costo muy alto".