Verdeos: bien desde el principio
Por Gerardo Gallo Candolo | 07-02-2021 11:00hs
A fines del mes de febrero comienzan a sembrarse los verdeos de invierno en la zona central de la pradera pampeana. Se puede sembrar hasta mayo inclusive, pero a medida que atrasemos la siembra ocurren dos fenómenos perjudiciales: se alarga el período siembra-primer pastoreo y el volumen de pasto total producido es menor.
En efecto, en siembras de fines de febrero o principios de marzo es muy probable que se pueda aprovechar en unos 45/60 días, mientras que en el otro extremo, siembras de principios de mayo, el primer pastoreo es difícil de concretarse antes de los 90 días. Esto dos factores son fundamentales conocerlos cuando confeccionamos nuestro presupuesto forrajero. Además, debemos saber que una siembra tardía nos libera el lote más tarde para la agricultura y, posiblemente, con menos agua en el suelo. Eso se traduce en menores rindes agrícolas.
La cebada es una alternativa interesante porque es el verdeo de mayor crecimiento inicial, aunque tenga menos rebrote que avena o centeno, pero además es la que tolera mayor contenido salino del suelo de estas tres alternativas.
Es lógico esperar que a mejores condiciones climáticas todos los verdeos producen mejor; pero en años muy fríos y de menores precipitaciones, los cultivares de centeno siempre rinden significativamente más pasto que cebada y avena. Es común que las cebadas ofrezcan más raciones en el otoño que las avenas, y estas más que los centenos, pero en pleno invierno los centenos son los más rendidores.
En cuanto a calidad en la salida del invierno y primavera las avenas se pueden pastorear granadas manteniendo y aún acrecentando su calidad nutricional.
En todos los casos debemos recurrir a los ensayos locales para elegir las variedades más rendidoras en pasto. En el caso de destinar la avena a silo o rollo deberíamos averiguar ensayos donde podamos seleccionar las variedades de mejor rinde en grano, ya que la mayor proporción de panoja (se debe ensilar o enrollar en grano lechoso/pastoso) eleva los valores nutricionales de esa reserva: ya que mayor digestibilidad es sinónimo de mayores engordes. Recuerde que la única limitante de estas reservas es su contenido de proteínas y eso se corrige con suplementos al ofrecerlo a los animales (sobre todo en categorías menores) o sembrarla con vicia o melilotus para mejorar la proteína.
Todos estos factores debemos tenerlos en cuenta para hacer nuestro presupuesto forrajero. Y hagamos los números: el costo por hectárea de verdeo es el mismo sembrándolo el primero de marzo que el primero de mayo; pero cosechar 8.000 o 5.000 kilos de materia seca por hectárea no es lo mismo; la ración costaría un 60 por ciento más.