La discusión que trajo a la mesa Fernando Iglesias, diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires del frente Cambiemos, con sus declaraciones misóginas acerca de Florencia Peña sigue dando de qué hablar y el debate en torno a los límites que moralmente requieren las campañas electorales sigue vigente.

En muchos casos y con el pesar de cientos de personas que quedan inmersas en polémicas sin asidero, se pone en practica una suerte de ley tácita que establece que en "en la política vale todo". Dentro esa lógica se encuentra la enquistada asociación del anti peronismo con la misoginia, ya que a pesar de que los tiempos cambien los discursos liberales se repiten. Tal como ahora que se apunta en contra de Peña acusándola de ser trabajadora sexual, entre otras insinuaciones motivadas por un claro trasfondo ideológico; también esa misma acusación cayó en contra de Eva Duarte, a quien se la ha acusado de ser exclusivamente una pareja sexo afectiva de Perón y no una figura política que trascendió en la historia dejando un legado inconmensurable.

Especialmente de cara a las elecciones de octubre, estos discursos que apelan a la misoginia como una carta clave para conseguir votos a la vez que alimentan a su núcleo duro se multiplican en el frente de Juntos por el Cambio. En las últimas semanas se han llevado adelante varias "operaciones mediáticas" en contra de Fernández usando las más viles acusaciones que, además de incidir en la imagen pública del Presidente, son utilizadas como adiestramiento y desmoralización a las mujeres que son acusadas de ser "prostitutas del Presidente".

Lo cierto es que esta misógina asociación que recae en las mujeres que ocupan cargos de poder ubicándolas como "amantes de", si bien tienen mucha más repercusión y virulencia cuando se tratan de mujeres con ideología peronista, también afectan a las mujeres que integran los frentes antiperonistas y su rechazo a estas acusaciones debería ser categórico, dejando de lado las diferencias ideológicas para mejorar las reglas que priman en la política.

Sin embargo, cuando comenzó la polémica en torno a las declaraciones de Iglesias, la precandidata a diputada nacional por la ciudad de Buenos Aires y exgobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, no hizo la misma lectura al respecto de la misoginia que las palabras de Iglesias implicaban y lo defendió diciendo que "comparten los mismos valores" y que estaba "orgullosa" de la lista que la acompaña, ganándose el beneplácito de Iglesias.

No obstante, ahora la referente Juntos por el Cambio volvió sobre sus dichos y aseguró que "como mujer no puede acompañar esa manera de expresarse sobre otras mujeres", pese a haberlo defendido en los momentos más ardidos para Iglesias.

Nunca dije que Florencia Peña fuera petera del Presidente. Sí dije que ella, Vargués y Pacchi no son personal de trabajo y era un abuso que visitaran al Presidente mientras no se podía ni despedir a agonizantes. Y que los escándalos sexuales en Olivos son exclusividad peronista.

El rechazo a los dichos de Iglesias continúa cosechando adeptas y, pese a que los mecanismos para concretarlo son muy estrictos, pesa sobre el un pedido de exclusión de la Cámara por "su actitud violenta contra las mujeres".

La distancia que tomó Vidal de las declaraciones de Iglesias, no obstante, no le sentaron bien al legislador y "amigos" quienes comenzaron a reproducir mensajes en contra de la ex-gobernadora de la Provincia de Buenos Aires.

Pablo Avelluto, periodista opositor y biógrafo de Mauricio Macri conocido por sus comentarios con rasgos "machistas", publicó en su Twitter un mensaje indirecto hacia Vidal asegurando que "la policía del lenguaje es uno de los mayores horrores del presente". "Sus patrullas exasperadas denunciando lo que dijo tal o cual en nombre de la moral y la corrección política son más caza de brujas que democracia. Mi solidaridad con dos amigos: Waldo Wolff y Fernando Iglesias" concluyó Avelluto en defensa ya no sólo de Iglesias sino también de Wolff quien también segundó a Iglesias en las acusaciones contra Peña.

Dario Lopérfido, en tanto, colaboró en el apoyo a Iglesias y respondió:  "Estoy de acuerdo, Pablo. Aquí un ejemplo. Abrazo!" y puso una captura de pantalla de la nota en la que Vidal dijo que "no podía acompañar" la manera de expresarse de Iglesias. El tweet de Lopérfido, con una clara crítica a Vidal fue likeado por Fernando Iglesias quien comentó "Gracias, @LoperfidoDario !!!".

Por otro lado, quien fuera Secretario de Cultura y Medios de Comunicación de la Nación durante la presidencia de Fernando de la Rúa, Lopérfido, aseguró que el rechazo a las declaraciones de Iglesias no son consecuencia de la violencia que sus palabras emanaron sino "una cortina de humo por los desastres éticos que hicieron con las entradas a Olivos" y destacó, minimizando la inteligencia de Vidal, "que no podía creer que no se diese cuenta".

Estos mensajes en respuesta al "rechazo" de Vidal hacia las declaraciones de Iglesias comparten, al igual que las operaciones a Peña y otras mujeres que estuvieron en el ojo de la tormenta durante las últimas semanas, el mismo rasgo misógino y descalificador. Las opiniones contrarias a las de estos políticos parecen ser todas "cazas de brujas" mientras que sus declaraciones deben ser celebradas y puestas en calidad de objetividad científica.

Pese a "no estar de acuerdo con los dichos" (luego de haber dicho que compartía valores), Vidal no condenó a Iglesias ni pidió que el diputado se baje de la lista que ella encabeza, simplemente se distanció de esta manera de referirse a Peña.

Resta pensar si es necesario que exista un acuerdo, independientemente de cuestiones ideológicas, para que este tipo de discursos no tengan espacio en la política, evitando que se siga propagando la misoginia a través de las plataformas políticas y mediáticas que terminan por conformar sentido en el grueso de la población.

Si te interesó esta nota, te sugerimos leer: Combinación de vacunas: posible pero opcional