Vivir en la Ruralidad en el día de hoy tiene como cuestión positiva la producción de alimentos para el autoconsumo y para la venta de los excedentes, lo cual considero una gran ventaja.

Para lo que es la humanidad, teniendo en cuenta el costo que están teniendo los alimentos y los índices inflacionarios, vivir en la ruralidad también permite disfrutar plenamente de la armonía y el intercambio con el ambiente; sentir el contacto con la tierra, con el monte, con el agua.

vivir más tranquilos, con más seguridad, sin tanta invasión de las redes sociales, sin tanta invasión y toxicidad de los medios de comunicación masivos

Esas sensaciones se pierden en la ciudad. Quienes se alejan del campo para establecerse en una gran urbe, añoran durante toda su vida lo que sentían en el medio rural.

Vivir en la ruralidad permite también vivir más tranquilos, con más seguridad, sin tanta invasión de las redes sociales, sin tanta invasión y toxicidad de los medios de comunicación masivos.

Pero vivir en la ruralidad hoy también tiene aspectos negativos. Para mí no es tanto la concentración de las tierras sino el incremento de los precios, de nuestros insumos; algo sobre lo cual no tenemos control.

La inflación genera que los insumos para la producción estén cada vez más difíciles de sostener. De un tiempo a esta parte, por ejemplo, la producción de carne para la venta, dada la importancia de la proteína animal, está cada vez más complicada. Y son muchas las familias que están dejando la producción de proteína animal solamente para para el autoconsumo, porque los excedentes no pueden competir en precio con los grandes productores y frigoríficos. El incremento casi permanente del valor que tienen los granos repercute en el costo del alimento balanceado.

Otras de las dificultades que hay, son lo difícil de tener acceso a la tecnología, la falta de un adecuado sistema de comunicación, la falta de conectividad en muchas regiones.

Considero que las posibilidades de que en la Argentina sigamos teniendo gente en el campo dependen de poder concretar otro modelo de producción. Por dar un ejemplo, el modelo agroecológico. Sí, en el cual hay armonía con el entorno que rodea la familia, en el cual es posible ir sosteniendo semillas de un año para el otro y poder producir los cultivos propios y tradicionales de la zona. También tener un intercambio de semillas.

Un modelo agroecológico permitiría planificar la alimentación de los animales, utilizar la materia orgánica de las materias fecales para la elaboración de compost y para fertilizar el suelo, y evitar de esa forma la compra de insumos tan caros con valor de dólar del paquete tecnológico que se vende en las agropecuarias.

las posibilidades de que en la Argentina sigamos teniendo gente en el campo dependen de poder concretar otro modelo de producción

Las posibilidades de tener ruralidad en el campo, para la República Argentina, dependen pura y exclusivamente de la organización. Por eso es tan importante para las organizaciones territoriales el avance en su organización, por ejemplo, en cooperativas para poder abordar los mercados.

Sostener el mercado local no es imposible, pero requiere de mucha organización de los actores del campo y requiere también que esa misma organización del campo vea reflejado su poder en las instancias políticas, que son las que terminan definiendo el modelo productivo y, por ende, también definen hacia dónde van las erogaciones presupuestarias del tesoro nacional