Jorge Pirotta – El Agrario: Es un gusto, Roberto, poder contar con tu pensamiento alrededor del tema que hemos propuesto tratar con nuestros lectores y seguidores. Para los más jóvenes, es preciso mencionar que ocupaste innumerables cargos, desde concejal a Diputado Nacional, y yo tuve el honor de conocerte y hacer un poco de barullo cuando eras ministro de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, en tiempos de la gobernación de Felipe Solá.

Roberto Mouillerón: Sí, han pasado 20 años desde ese entonces, pero todavía recuerdo con mucha emoción aquella tarea conjunta con la UATRE en el Plan Volver.

EA: Ese Plan fue, para mí, un faro que iluminó propuestas muy importantes que tal vez, algún día, puedan hacerse realidad. A quien está leyendo le cuento que la idea central del Plan Volver era generar condiciones para que muchas familias que se fueron del campo a vivir en las conglomeraciones urbanas pudiesen contar con condiciones adecuadas para “volver” a su terruño. Para mayor detalle, sugiero ver, ahora o después, el siguiente video del año 2003:

RM: Vos sabés, Jorge, que me sorprende, después de 20 años, la claridad con que explicaste en ese reportaje lo que significaba el Plan Volver. Yo te diría que sobre el Plan Volver no hay más para decir, porque la verdad que lo describiste muy bien y creo que incluso hiciste algunos juicios de valor que para ese momento eran muy adecuados.

EA: Bueno, muchas gracias por tu consideración, pero ¿Cómo surgió la idea del Plan Volver?

RM: Cuando nosotros pasamos de ser Secretaría de Trabajo a Ministerio, yo hablé mucho de esto con Felipe Solá porque me parecía que el Ministerio debía tener, además de la tarea de atender la problemática de la conflictividad laboral, de la inspección laboral y de los acuerdos de partes cuando se suscitan inconvenientes entre empresa y trabajadores, el Ministerio tenía que desarrollar otras tareas que estaban muy ausentes, muy desatendidas. Una de ellas era el tema del trabajo infantil, otra era la inclusión laboral de aquellos trabajadores considerados discapacitados o minusválidos, o que simplemente tienen otro tipo de actitud ante la vida por las circunstancias que pasan. Y, además, entendimos que una de las cosas que había que hacer era darles una salida laboral a los planes socialesy, de ser posible, trasladar esos planes que tanto se repartieron en el conurbano, muchas veces al cuete y otras veces con un sentido de especulación política, trasladarlos al campo. Por eso empezamos a trabajar con el Ministerio de Asuntos Agrarios, estaba en ese momento Raúl Rivara de ministro, y arrancamos a hacer trabajos de capacitación, nosotros poníamos los planes y pagamos los planes, ellos ponían lugares.

EA: ¿Qué tipo de capacitación era?

RM: Les dábamos capacitación en oficios concretos, para aquellos chicos del interior que querían capacitarse, por ejemplo, en vacunación, en hacer inseminación artificial, es decir, en distintas tareas ligadas al campo. Y a partir de esa acción fuimos viendo que había que dar una solución a gente que quisiera volver al campo si contara con condiciones adecuadas. Nos dimos cuenta inmediatamente que ese tema motivaba, motivaba mucho. Porque claro, pensemos que estábamos en un momento donde había una desocupación altísima, año 2003. Y no le encontrábamos “el agujero al mate” para ver cómo iba a empezar a crecer la actividad productiva. Entonces pensamos que una de las formas era utilizar planes para capacitar hacia actividades vinculadas al campo, que era como lo decías vos en esa nota, era el espacio de producción que mejor funcionaba en el país en ese momento.

EA: Y apareció una luz al final del túnel…

RM: Algo así. La escasez de mano de obra para tareas rurales se notaba. Percibíamos las ganas de mucha gente que se había venido a las ciudades en busca de soluciones y veía con buenos ojos poder volver a su pueblo. Fueron un conjunto de cuestiones que nos llevaron a elaborar un proyecto, con Jorge Bergaz y un equipo de profesionales, con el objetivo de generar la posibilidad de la vuelta al pueblo, de “volver” al campo. Poco a poco se fueron sumando sectores, la universidad, expertos en producción, y nos dio una gran mano Gerónimo “el Momo” Venegas, porque se acercó y nos dijo “cuenten con nosotros” y te puso a vos Jorge Pirotta junto con Ramón Ayala representando a la UATRE en el Plan Volver.

EA: ¿Vos creés, Roberto, que podría darse nuevamente algo similar al Plan Volver?

RM: Mirá, yo te diría que como poder se puede, pero es mucho más complicado ahora porque en ese momento todavía había algunos trenes que corrían, había algunas estaciones que estaban activas, a lo mejor no pasaba el ferrocarril, pero estaban todavía activas, había más escuelas rurales, en fin, era otra realidad. Porque nosotros queríamos hacer mucho, pero dependíamos también de tener espacios donde poder capacitar, donde concentrar la gente. También teníamos que conseguir las hectáreas disponibles donde poder desarrollar el plan. No era nada fácil, pero hoy la realidad está mucho peor. Porque, lamentablemente, debo decirlo, cuando nosotros nos fuimos, habíamos dejado plantado un principio de inicio del Plan en Ramón Santamarina, en Necochea, también acá en la zona de Tandil, habíamos armado un emprendimiento muy interesante en un pueblito que se llama Azucena. Iniciamos otro ahí por Maipú y habíamos visto también en el Oeste dos o tres lugares con cierta posibilidad, recuerdo muy bien uno cercano a Rivera. Estaba todo en marcha, pero iniciando la tarea de campo, en territorio. Cuando nosotros terminamos el mandato, estábamos justamente en la etapa en la que había que ponerle presupuesto al Plan. Habíamos demostrado que se podía hacer, los planes más o menos se podían conseguir, pero necesitamos presupuesto para desarrollar las capacitaciones y además para conseguir herramientas, en fin, para facilitar por lo menos las tareas iniciales. Lo cierto es que cuando asumió Daniel Scioli la gobernación, bueno, todo desapareció. Esa es la verdad. Yo lo había hablado con Carlos Tomada (ministro de Trabajo de la Nación en ese momento) y efectivamente habíamos acordado en que eso lo haríamos como una prueba en la provincia de Buenos Aires, pero que él pensaba, al igual que lo que vos decís y lo que yo entendía, que eso tenía que ser un programa a nivel nacional. Conclusión: ahí desapareció el Plan Volver, porque anduvo dando vueltas, pero nunca le pusieron el presupuesto que se necesitaba. Yo ya no estaba en el Ministerio, si bien estaba de alguna manera con cercanía, porque estuve a cargo de lo que era Trabajo y Educación, bueno, pero los esfuerzos que hicimos desde fuera del Ministerio no dieron resultados. Yo no te podría decir si hubo alguien que metió la cuchara para frenarlo, no lo puedo afirmar. Pero lo cierto es que el Plan se dejó sin efecto.

EA: ¿Y nadie retomó la idea o intentó algo parecido?

RM: Tengo conocimiento de que algunas cosas se han desarrollado. No porque se hayan hecho desde el Estado, pero creo que esa experiencia y el “barullo” al que hiciste referencia que hicimos con el lanzamiento del Plan Volver despertó algunas inquietudes y hoy lo he visto en algunos lugares. Acá, por ejemplo, en Tandil hay grupos en los que entre familiares y amigos se han juntado y han empezado a hacer algo de lo que vos decías en la nota. Sobre todo, el cultivo de lo que se consume en la casa de familia en materia de hortalizas. Eso se está dando. Lamentablemente, de esto los intendentes no quieren hacerse cargo para que tengamos nuevamente lo que en muchas ciudades y pueblos había que eran los mercados reguladores, donde vos llevabas lo que vos cultivabas en tu quinta, en tu chacrita, a un mercado donde te garantizaban la venta, te ponían un espacio para la venta y, además, eso hacía que se regularan los precios para los demás, protegiendo los valores que se podían poner siendo el cultivo local. Por ejemplo, en el caso de Tandil, hoy hay gente que está cultivando y que está llevando directamente a Buenos Aires, obviamente no los lleva al mercado ya porque la producción tampoco es tanta, sino que los lleva directamente a restaurantes o lugares indicados que tienen para la venta. Pero también hay gente de Tandil que va a comprar a Mar del Plata, como vos lo mencionás en el reportaje. Y es una vergüenza porque Tandil tiene lugar, espacio y gente con capacidad para desarrollar un emprendimiento de esa naturaleza.

EA: Al ser esencialmente una cuestión cultural, es decir, recuperar la costumbre de sembrar y cosechar verduras en la casa, los intendentes podrían acompañar o estimular esa actividad, ¿no te parece?

RM: Yo acá en el caso de Tandil algunas veces lo he hablado con el intendente, pero este hombre no está para ese tipo de cosas, no le interesa. Así que te tengo que decir que posibilidades hay, lo que pasa es que se necesita alguien que se lo ponga al hombro.

EA: Más bien unos cuantos se necesitan, creo.

RM: Por supuesto. La provincia de Buenos Aires tenía un programa, que era el Plan Volver. Esto lo habíamos hablado no solo en nuestro Ministerio, sino también con el Ministerio de Educación, con el Ministerio de Agricultura. Habíamos hablado también con la gente de Obras Públicas, con el Instituto de la Vivienda, habíamos hecho todo un trabajo que pintaba para algo grande, y destaco por supuesto el papel de la UATRE con el apoyo incondicional del Momo. Eso iba a caminar, seguramente que no iba a ser fácil, no iba a ser sencillo, pero estoy convencido que en algunos casos el Plan iba a encontrar arraigo, iba a dar sus frutos. Lamentablemente, eso se frustró.

EA: ¿Creés que se puede pensar en otras variantes, otras ideas que nos lleven al mismo objetivo?

RM: Por supuesto. Se puede pensar en otras cosas, nuevas cosas. Pero, para serte sincero, no me parece que hoy quienes conducen el Estado nacional y el estado provincial tengan demasiado interés en estas cosas. Eso es lo que me parece, porque no he visto mucha vocación en los responsables del estado. Existen, sí, algunas organizaciones, algunas instituciones que utilizan los planes para hacer algún tipo de cosa parecida a esta, pero son experiencias parciales. No forman parte de un programa sistemático llevado adelante por la provincia o por la nación, y no veo, te digo de verdad, demasiada vocación en quienes tienen la responsabilidad de gobernar en desarrollar este tipo de plan. Creo que apuntan más hacia otros sectores, por aquello de que hay una, para mí, malentendida relación con el campo desde hace muchos años y pareciera que no están decididos a recomponerla como se debiera.

EA: Gracias por la sinceridad, Roberto, no esperaba menos de vos. Pero no nos resignemos. En algún momento alguien con poder político debería reaccionar. ¿No?

RM: Sí, ojalá así sea. Vos sabés que hace poco estuve justamente con Jorge Bergaz hablando de este tema, y concluíamos que no se vislumbra en las esferas de poder vocación o voluntad para este tipo de cosas. Pero me agrada mucho que seas vos quien intente instalar este debate, por lo menos desde el lugar que hoy tenés como medio de difusión. Apoyo totalmente tu idea de ir metiendo estos temas a ver si en algún momento prende y se puede hacer algo. Para darle manija, contá conmigo.

EA: Te agradezco tus conceptos y el excelente y preciso análisis qué haces. Lo mío tiene que ver con la vocación de hacer lo que esté a nuestro alcance para que estas cuestiones, tan importantes para el presente y sobre todo para el futuro de nuestro país, no caigan en un olvido definitivo. Muchas gracias, Roberto Mouillerón, un gran abrazo