Un caballo con barbijo
En el norte patagónico, Joaquín se sorprendió al ver un caballo usando barbijo. Su tío Martín, guardafauna y fotógrafo retrató el momento.
Por Agustina Badano | 23-06-2020 06:00hs
Los casi cien días de cuarentena en el área metropolitana de Buenos Aires dejarán imágenes inéditas para la posteridad: gente con máscaras y barbijos caminando por las calles, largas filas en las veredas, cumpleaños por zoom. ¿Pero cuáles son las postales que recordaremos de vida durante la pandemia en los rincones más alejados de la capital del país? La foto de Joaquín con su caballo Piñonero en Varvaco, provincia de Neuquén, será una de ellas.
“Mi sobrino Joaquín, de 6 años, vino a visitar a la abuela a Varvaco y le agarró la cuarentena acá. Estuvo más de un mes sin ir a su casa en El Cholar, que queda a 100 kilómetros. Cuando flexibilizaron la cuarentena, Cocho, otro tío de Joaquín, lo llevó de paseo al puesto y le regaló un caballo”, cuenta a El agrario Martín Muñoz, guardafauna en Chos Malal y fotógrafo.
“Mirá, tío: ¡tiene barbijo como yo!”, dijo Joaquín cuando vio el caballo. Eso que parecía un barbijo era en realidad un morral de bolsa de arpillera que se coloca a los caballos para comer avena. ¿Qué nombre le vas a poner?, le pregunta su tío. “Piñonero”, dijo Joaquín.
El nombre del caballo está directamente relacionado con la actividad que realizan Cocho y otros tantos hombres de esa región neuquina: el piño es el grupo apretado de chivas que son arreadas por los puesteros. Cada año, los crianceros llevan su piño de chivas a las tierras de veranada, viajando durante una o dos semanas. En esos terrenos ricos en pastizales, las chivas engordan para luego volver.
“A Joaquín le gusta acompañar a su tío en los arreos y su sueño era tener su propio caballo con su montura”, contó Muñoz, autor de la foto icónica del caballo con “barbijo”.
Por su trabajo, Muñoz recorre paisajes patagónicos siempre acompañado por su cámara. Vive en Varvaco, una localidad del departamento Minas, en Neuquén, que tiene 600 habitantes y suele recibir turistas en busca de ríos y arroyos cristalinos, laderas y montañas. Tanto como los picos nevados, a Martín le gusta retratar el mundo de los crianceros y sus piños. Con la foto de su sobrino Joaquín logró además retratar una época: los largos días en que los argentinos vivimos en cuarentena.
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