Un gaucho olvidado por el cine argentino
“Historia de un gaucho viejo” se estrenó en 1924. Durante casi un siglo las 8 latas con la película estuvieron guardadas en un museo de Carcarañá, provincia de Santa Fé. Un equipo de coleccionistas e investigadores lograron restaurar este film que cuenta la vida de un gaucho que se enfrenta a un caudillo corrupto.
Por Agustina Badano | 08-03-2020 09:31hs
Con el nombre escrito a mano y en una vitrina dentro del Museo de Carcarañá (a 45 kilómetros de Rosario) se guardó durante 80 años una película del cine mudo nacional. Pocos sabían de su existencia y menos de la importancia que tenía este film hasta que un grupo de coleccionistas e investigadores trabajaron en conjunto para su restauración.
“Historia de un gaucho viejo” se estrenó en septiembre de 1924. Su director, José Romeu, era un farmacéutico catalán radicado en Carcarañá y amante de lo gauchesco. Fue actor, productor y protagonista de su propia película, filmada en la provincia de Mendoza.
Permitió al cine argentino recuperar parte de su historia y al campo mostrar su idiosincrasia.
Sin embargo no es la primer película de gauchos en el cine nacional: en 1915 Humberto Cairo estrenó “Nobleza Gaucha”, filmada tanto en el campo como en la ciudad mostrando el contraste entre las formas de vida y costumbres.
“Historia de un gaucho viejo” es una película criolla filmada en 7 actos con encantadores paisajes mendocinos. La película tiene un costado político social y dialoga con su tiempo, haciendo guiños a la futura Ley Sáenz Peña. El argumento central relata la historia de un gaucho que se enfrenta con un caudillo corrupto que cuenta con la complicidad de la policía.
“Un romance serrano rebosante de sentimentalismo gauchesco, que se desarrolla en la época en que no gozando el ciudadano de la libertad de conciencia, que ha venido más tarde a otorgar el voto secreto, las poblaciones de tierras adentro hallábanse fatalmente esclavas de los caudillos”, así se define al film de José Romeu en la revista Cinema Star, editada en la década del 20.
El rescate de estas 8 latas de película de nitrato (material inflamable para guardar sin precaución) y de su guión (elemento poco común en el cine mudo) permitió al cine argentino recuperar parte de su historia y al campo mostrar su idiosincrasia.
En la restauración de la película trabajaron Paula Félix-Didier (especialista en archivo y preservación de medios audiovisuales), Enrique Bouchar (coleccionista), Andrea Cuarterolo (lic. en historia del arte), Andrés Levinson (investigador en el museo del cine de Buenos Aires), Evangelina Loguercio (directora y productora de cine), Alejandro Maggi (director del museo de Carcarañá) según cuenta Lorena Muñoz en su documental “Películas recuperadas”, quien advierte que el 90% del cine mudo argentino y el 50% del sonoro está perdido.
Estos capítulos muestran el trabajo de un grupo de investigadores que recorrieron el país recolectando y preservando material fílmico argentino considerado extinguido, con el objetivo de ser correctamente catalogado, restaurado y devuelto al público, denotando su importante valor cultural e histórico