Brasil: desborde sanitario y amenaza internacional
El sistema de Salud brasileño se encuentra colapsado debido a la segunda ola de Covid-19. La situación del país vecino se ha convertido en una amenaza para la región y el mundo.
Por Ignacio Lautaro Pirotta | 21-03-2021 09:29hs
Brasil se encuentra inmerso en la peor crisis sanitaria de su historia. Contabilizando ya más de 287 mil muertos por Covid-19 hasta el jueves y registrando más de dos mil muertes por día en promedio en los últimos siete días. Según los datos de la Fundación Oswaldo Cruz, todos los estados del país están registrando un ascenso tanto de casos como de decesos y se encuentran con alerta en relación a la ocupación de camas de terapia intensiva. Uno de los estados más afectados actualmente es Río Grande del Sur, limítrofe con Argentina y Uruguay, en donde hasta este jueves la fila para acceder a una cama de terapia intensiva era de 376 pacientes.
El origen de la segunda ola es la mutación originada en la ciudad de Manaos, capital del estado de Amazonas. Curiosamente, el descubrimiento de la nueva cepa, denominada P1, fue realizado en Japón, el día 10 de enero, a partir de estudios a pasajeros provenientes de aquella ciudad. Días después, Manaos entró en completo colapso del sistema de salud, con el agravante de quedarse sin suministro de oxígeno para los pacientes. En algunas semanas, la segunda ola de Covid se cobró en aquella ciudad más víctimas que durante todo el año pasado y el consumo diario de oxígeno llegó a más que duplicar los niveles máximos de 2020. Según informaron desde la Universidad de San Pablo, la variante de Manaos es 2,2 veces más transmisible y capaz de generar 10 veces más carga viral en el cuerpo.
La nueva cepa probablemente se haya convertido en un problema actual para Paraguay. Especialistas de aquel país no descartan que la actual explosión de casos tenga que ver con la presencia de la nueva cepa. Con el sistema de Salud ya colapsado y acusado de demoras en el plan de vacunación, el Gobierno de Abdo Benítez enfrenta manifestaciones callejeras y, a pesar de haber realizado modificaciones en su gabinete para contener la crisis, este miércoles enfrentó un pedido de juicio político, el cual fue rechazado en el Congreso. Chile ha visto incrementar significativamente los casos, motivo por el cual decretó cuarentenas en varias comunas de Santiago de Chile, aunque no hay información respecto a que la situación del país trasandino se relacione con la presencia de la variante P1 originada en Manaos. Uruguay también está reportando un aumento significativo de casos, motivo por el cual se suspendió la obligatoriedad de asistencia a clases.
En nuestro país, la cepa P1 ya fue identificada en la Provincia de Buenos Aires en dos viajantes procedentes de Brasil a comienzos de marzo y esta semana en Córdoba. Aunque aún no hay circulación comunitaria de la nueva cepa, de acuerdo al Instituto Malbrán. A raíz de la situación regional, la Cumbre del Mercosur prevista para el 26 de marzo será realizada de manera virtual y el país ya ha tomado medidas para desalentar el viaje de turistas, sobre todo a Brasil. No obstante, para un grupo de científicos y profesionales de la salud se trata de medidas insuficientes, y han solicitado mediante una carta abierta la adopción de medidas más rígidas de modo de evitar el ingreso de más viajantes potencialmente infectados con la nueva cepa. El mensaje por cadena nacional del presidente Alberto Fernández de este jueves tuvo por objetivo informar acerca de la situación en el suministro de vacunas y también alertar por la inminente segunda ola.
Ciertamente la mutación del Covid-19 originada en Manaos es un problema dentro y fuera de Brasil. Además de que la región se está viendo afectada por el contagio, en el plano internacional supone un costo enorme para Brasil. La preocupación internacional se ha visto reflejada en distintos medios europeos y norteamericanos, así como en algunos gobiernos, dando lugar a restricciones de ingreso de pasajeros oriundos del país tropical. Por ello, el costo para el país no es solo en vidas y economía, sino también reputación internacional. En este punto se conjuga la pésima situación sanitaria con la política negacionista de Jair Bolsonaro. Incluso cuando el presidente brasileño no sea el único responsable del desastre sanitario - le caben responsabilidades también a gobernadores e intendentes- el hecho de tratarse de un negacionista y sumado a otras características, como su reivindicación de la dictadura (1964-1985), termina reuniendo varios elementos para asociar el desastre brasileño directamente al presidente. Para justificar su no intervención en la crisis sanitaria, el gobierno nacional de Brasil suele repetir una interpretación distorsionada de un fallo de la Corte Suprema de Justicia de abril de 2020, diciendo que ésta habría delegado en las provincias y municipios todas las decisiones respecto a las medidas de distanciamiento social. En realidad, lo que la Corte falló fue que el Gobierno Nacional no podía contradecir la autonomía de aquellos, en tanto que la intención de Bolsonaro era limitar las cuarentenas decretadas por gobernadores e intendentes. Según los magistrados, el Gobierno nacional brasilero también puede adoptar medidas de aislamiento y cuarentenas.
Por último, la postura negacionista de Bolsonaro ha comenzado a convertirse en un problema para la estabilidad de su propia presidencia. Esta semana decidió remover al ministro de Salud, el General Eduardo Pazuello, pero con la clara intención de no realizar ningún cambio en la orientación de la política sanitaria. Esto quedó de manifiesto con la negativa de la prestigiosa médica Ludhmila Hajjar a hacerse cargo de la cartera luego de una reunión con el presidente. Según Hajjar, “no hubo convergencia técnica”, ya que, en su opinión, el país necesita de políticas sanitarias guiadas por la ciencia y no por ideología o intereses electorales. Rápidamente, el Gobierno designó a Marcelo Queiroga, un político próximo al bolsonarismo y quien se encargó de aclarar que se limitará a seguir las orientaciones del presidente. Se trata del cuarto ministro de Salud de Bolsonaro, siendo que los dos primeros renunciaron debido a las fuertes divergencias con la línea negacionista del presidente. El grupo de partidos que conforma la base parlamentar de Bolsonaro dejó trascender un claro mensaje en más de un medio de comunicación: “será el último ministro de Salud, o los brasileños comenzarán a buscar un nuevo presidente”. Aunque es muy poco probable un escenario de juicio político como el que destituyó a Dilma Rousseff en 2016, ante una coyuntura tan volátil como la que implica la pandemia, nada se puede descartar. La apertura de una comisión parlamentaria de investigación sobre el accionar del Gobierno durante la pandemia también es fuente de preocupación para los oficialistas, aunque tampoco parece un escenario muy probable en el corto plazo.
Para la Argentina, la situación sanitaria, económica y política del país vecino es de vital importancia dados los importantes lazos comerciales. Un cálculo frecuente entre los economistas es que por cada punto porcentual que crece Brasil, este tracciona el PBI argentino en un 0,25%. Actualmente la proyección oficial del país vecino es de un crecimiento del 3% en 2021.