Geraldo Alckmin, el elegido por Lula da Silva para ser su vice. Parte 2: un histórico adversario
Geraldo Alckmin es el hombre que más tiempo ha gobernado San Pablo, desde donde supo posicionarse como un férreo opositor a Lula y el Partido de los Trabajadores.
Por Ignacio Lautaro Pirotta | 08-05-2022 07:02hs
Luego de haber sido diputado federal y constituyente, en 1994, Geraldo Alckmin se convirtió en vicegobernador del poderoso estado de San Pablo. Llegó allí de la mano de Mario Covas, uno de los fundadores y principales referentes del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien lo eligió para acompañarlo en la fórmula. La fórmula Covas-Alckmin se impondría en segunda vuelta con el 56,12%, y se iniciaba el largo ciclo de gobiernos del PSDB en San Pablo,que llega hasta estos días. Como vice, Alckmin, fue central en la tarea de privatizar algunas empresas de San Pablo y realizar concesiones, estando al frente del Programa Estadual de Desestización.
Corrían los años del Consenso de Washington y el neoliberalismo, con Fernando Henrique Cardoso, también del PSDB, en la presidencia de la Nación. Cardoso avanzó con la privatización de la minera Vale do Rio Doce, la compañía de telefonía Telebrás, así como otras privatizaciones en el sector de energía y transporte. Si bien durante el período de Fernando Henrique Cardoso, Brasil realizaría las mayores privatizaciones de su historia, estas no alcanzarían el volumen de las privatizaciones en Argentina durante el mismo período. No serían privatizados ni el Correo ni la petrolera Petrobras, una de las mayores del mundo.
Otro aspecto ineludible del gobierno de Fernando Henrique Cardoso fue el establecimiento del Plan Real, la moneda hoy vigente. En verdad, el Plan se implementó durante el gobierno de Itamar Franco, con Cardoso como ministro de Hacienda. La eficacia de la nueva moneda para ponerle fin a la inflación (que estaba en torno al 20% al momento de implementar el plan en el año 93), le valió a Cardoso la elección como presidente en 1994. Durante su presidencia, el real se consolidó, manteniendo baja la inflación.
Volviendo a San Pablo, luego de un mandato con buenos índices de aprobación, Covas y Alckmin fueron reelectos en 1998 en una segunda vuelta contra el conservador Paulo Maluf. Para entonces, Alckmin se había convertido en un hombre clave en el armado del PSDB en el interior de San Pablo, fortaleciendo el vínculo tanto con los municipios del interior como con el agro paulista.
En el año 2001, Covas falleció de un cáncer de vejiga, por lo que Alckmin asumió en su lugar el cargo de gobernador. Al año siguiente, disputó la gobernación contra el Partido de los Trabajadores, en una de las mejores elecciones a gobernador que hizo el PT en ese estado, peró aún así muy lejos de Alckmin. José Genoíno, un histórico del PT, fue derrotado por Alckmin por 38 a 32% en primera vuelta y 58 a 41% en segunda. Desde el primer triunfo de Mario Covas en 1994, el PSDB hegemonizó el estado de San Pablo, gobernando ininterrumpidamente hasta el día de hoy. El PT, en cambio, siempre tuvo fuertes dificultades en este estado que representa el 21% de los electores nacionales.
Desde la gobernación de San Pablo, Alckmin se presentó como candidato a presidente en 2006, disputando la elección precisamente contra Lula da Silva, su actual compañero de fórmula. Poco más de un año antes de las elecciones, Lula era dado por derrotado como consecuencia de los escándalos de corrupción del llamado mensalão. Se trataba de un esquema de pago de mensualidades a diferentes partidos (mensalão proviene de “mensal”, o mensualidad en español, más el sufijo aumentativo “ão”) con el que el gobierno de Lula obtenía el apoyo del Congreso a su programa de gobierno. El mensalão agudizó el enfrentamiento entre gobierno y oposición, y también con la prensa. Alckmin formó parte del coro que cuestionó en duros términos al PT y a Lula, tanto cuando estalló el escándalo, como en los años posteriores. El mensalão fue uno de los grandes temas de la campaña de 2006.
Del lado de Lula, las acusaciones contra Alckmin fueron que supuestamente pretendía privatizar la Petrobras, Banco de Brasil y la Caja Económica. Además, desde el PT lanzaron acusaciones de que si el PSDB llegaba al gobierno terminaría con el programa Bolsa Familia. En uno de los debates de la segunda vuelta, transmitido por el canal Band, Alckmin negaba que en su programa estuviesen las privatizaciones, mientras que Lula espetaba “como ustedes ya privatizaron todo, ¿por qué no irían a privatizar aún más? ¿Alguien puede ser condenado por tener dudas de lo que ustedes van a hacer? Si algo hicieron ustedes en el gobierno fue privatizar y gastar". En una disputa por ver quién tenía más responsabilidad fiscal, Lula le refregaba al hombre del PSDB que las privatizaciones no había servido para saldar la deuda pública como habían prometido. Durante los gobiernos de Cardoso la deuda se había incrementado en relación al PBI y el superavit primario había sido bajo. En cambio ya en el primer mandato de Lula la relación deuda/PBI había disminuído y el superavit primario era mayor.
Alckmin y Lula durante el debate de la segunda vuelta de 2006.Lula terminaría ganando las elecciones con bastante comodidad. El discurso de que supuestamente Alckmin avanzaría con las privatizacinoes y contra el Bolsa Familia posiblemente sean responsables de que en la segunda vuelta haya obtenido menos votos que en la primera. Además, el modelo de Lula había dado sus frutos, basado en el mercado interno, el consumo popular, la asistencia social con el innovador Bolsa Família, que garantizaba un ingreso a las jefas de hogar, conectando la prestación a la red de salud y educación municipales. Para 2006, Lula y el PT había perdido densidad electoral entre la clase media, posiblemente por los escándalos de corrupción y por un programa ortodoxo que desencantaba a sectores de izquierda, pero habían ganado terreno entre los sectores de menores ingresos.
Se destacó en el éxito electoral del PT el desempeño en la región del Nordeste, donde se encuentran los estados de Bahía, Pernambuco, Alagoas, Ceará, entre otros. El éxito del PT en esa extensa región -que es la segunda más poblada de Brasil- se debió a la conjunción del Bolsa Família, estímulo al consumo popular, creación de trabajo registrado, obras de infraestructura y educación. La región se vio favorecida por esas políticas debido a la gran concentración de pobreza y desempleo. Lula explotó también su identidad nordestina, al haber nacido en el interior de Pernambuco y migrado cuando era niño con su madre a San Pablo. Del hambre en Pernambuco a la periferia de San Pablo, una historia como la de millones de brasileños.
El mapa electoral brasilño mostró desde 2006 su rostro dividido a grandes rasgos en dos, rojo (PT) de la mitad para arriba y azul (PSDB) de la mitad para abajo. San Pablo se consolidó como un estado antipetista, así como otros estados del Sur (Santa Catarina y Paraná). El Nordeste con amplia ventaja para el PT y un poco más disputadas las regiones Centro-Oeste y Norte. Esa división claramente trazada a partir de la elección de 2006, es relevante porque se mantiene hasta los días de hoy. La actual fórmula Lula-Alckmin tiene un representante para cada uno de los lados de ese mapa de Brasil partido en dos.
Luego de la derrota frente a Lula en 2006, Alckmin se presentó nuevamente para ser gobernador de San Pablo en 2010, ganando en primera vuelta con el 50,63% de los votos. Durante su tercer mandato al frente del Palacio Bandeirantes, como se llama la sede del gobierno paulista, Alckmin enfrentó algunas turbulencias, que sin embargo no hicieron mella en su reputación en el estado. Por un lado, la protestas de los docentes por los bajos salarios, por debajo incluso de estados más pobres.
Por otro lado, en junio de 2013 enfrentó las protestas por el aumento del pasaje de colectivo, subte y trenes. Se trató de una serie de protestas numerosas, que comenzaron por el precio del transporte y la calidad de los servicios públicos en San Pablo, pero que se extendieron por todo el país, diversificando además los reclamos. El trasfondo era cierto malestar por la baja calidad de los servicios públicos en general, que contrastaba con las multimillonarias inversiones para el mundial de fútbol de 2014.
No obstante, las protestas de 2013 perjudicaron fundamentalmente al Partido de los Trabajadores, que entonces gobernaba en la ciudad de San Pablo, con Fernando Haddad, y en Nación, con Dilma Rousseff. Alckmin fue reelecto gobernador en 2014, en primera vuelta y con el 57,31% de los votos. En esa misma elección, Dilma ganaría en segunda vuelta por apenas tres puntos sobre Aécio Neves, del PSDB.
En 2016 tuvo lugar uno de los pocos escándalos de corrupción contra Alckmin, la llamada “mafia de las meriendas”. Todo se inició con las denuncias y movilizaciones de los estudiantes secundarios y la creación de una comisión de investigación en el ámbito de la Asamblea Legislativa de San Pablo. Fueron constatados sobrefacturamientos y otras irregularidades. Sin embargo, el proceso judicial nunca afectó directamente a Alckmin. Desde el PT siempre se denunció que Alckmin contaba con cobertura mediática suficiente como para salir indemne de los escándalos.
También con dimensión de escándalo fue el caso del Metro, en 2018, y en un momento de gran sensibilidad con el tema corrupción en todo Brasil, ya que desde fines de 2014 había comenzado la llamada Operación Lava Jato, que investigaba los desvíos de fondos en la Petrobras, y que tuvo su momento más intenso entre 2016 y 2017. También en 2018, se iniciaron investigaciones por pago de coimas para la reparación de la carretera de circunvalación de San Pablo.
No obstante los propios casos de presunta corrupción, Alckmin se posicionaba ya desde 2017 como candidato a la presidencia para 2018. En su discurso tenían centralidad tanto los casos de corrupción contra el PT, como la crisis económica iniciada en 2015, con Dilma Rousseff, quien había sido removida de su cargo en abril de 2016 en un proceso de juicio político polémico en cuanto a su fundamento y caracterizado como "golpe" por el PT.
En ese sentido, una de las frases más recordadas la lanzó en 2017, cuando Lula todavía no había sido encarcelado y se perfilaba como candidato para 2018: “Después de haber quebrado al país, Lula dice que quiere volver al poder. Es decir, él quiere volver a la escena del crimen. Nosotros lo derrotaremos en las urnas. Lula será condenado en las urnas por la mayor recesión de la história”.
El golpe más duro para la candidatura de Alckmin a la presidencia posiblemente haya sido el escándalo envolviendo a Aécio Neves, de su mismo partido. Neves, hombre fuerte del estado de Minas Gerais y que había estado cerca de ganar la elección presidencial en 2014, fue grabado conversando Joesley Batista, empresario dueño de JBS, una de las gigantes de la industria alimenticia mundial. En la grabación, que fue presentada por Joesley Batista en el marco de su acuerdo de delación premiada y filtrada a la prensa, este y Aécio Neves arreglaban el pago de coimas. La grabación incluía una frase que resonaría con fuerza. Refiríendose a quién llevaría el dinero de las coimas, Aécio decía: “tiene que ser uno que nosotros matemos antes de que haga una delación premiada”.
Para entonces comenzaba a emerger una nueva figura, que esgrimía un virulento antipetismo: Jair Bolsonaro. En un contexto de fuertes cuestionamientos a la clase política, Bolsonaro capitalizó el descontento a su favor, prometiendo nuevas formas de hacer política. En las elecciones de 2018 que tuvieron por ganador a Bolsonaro, el Partido de los Trabajadores redujo su caudal de voto al 30%, niveles equivalentes a los que solía obtener en la década del noventa. El PSDB, en cambio, sufrió mucho más y fue desbancado por Bolsonaro del lugar de principal referente opositor al PT. Con Alckmin como candidato en 2018, el PSDB obtuvo un pobre 4,76% de los votos.
Luego de aquella derrota estrepitosa, Alckmin se vería desplazado de los centros de poder del PSDB en San Pablo a manos de João Doria, hombre que primero fue intendente de San Pablo por indicación de Alckmin, y luego se convirtió en gobernador en 2018. Para las elecciones de 2022, la intención de Alckmin era presentarse nuevamente para gobernador, mientras que Doria iría por la presidencia de la República.
Sin embargo, Doria colocó a Rodrigo García, su vicegobernador, como su sucesor invitando a Alckmin a realizar una interna contra este para ver quién sería candidato a gobernador. Sin tener el control del aparato del PSDB de San Pablo, Alckmin no tenía ninguna posibilidad de ganar la interna, por lo que desde fines de 2021 ya estaba sellado que abandonaría el PSDB, luego de haber estado entre sus fundadores en 1988.
Ese final del vínculo con el PSDB obligó a Alckmin a buscar nuevos rumbos. Mientras recibía propuestas para afiliarse a otros partidos y disputar la elección a gobernador, surgió la propuesta de ser candidato a vice de Lula da Silva, primero cómodo en los sondeos de intención de voto. Alckmin se decidió por esta última opción, aún cuando sus posibilidades de volver a la gobernación eran buenas. Para ello, se afilió al heterogéneo Partido Socialista Brasileño (PSB), ideológicamente más próximo al PT.
De viejos adversarios a aliados, Lula y Alckmin se disponen a enfrentar a Bolsonaro en una campaña que tendrá como tónica la defensa de la democracia y la mejora en las condiciones de vida de los trabajadores