La ciudad de Manaos, capital del estado de Amazonas, parece haber sido el lugar de inicio de la segunda ola de COVID-19 en territorio brasileño. La ciudad que vivió su esplendor durante la fiebre del caucho, a fines del siglo XIX, y que fuera noticia en la primera mitad del año pasado al ver sus cementerios colapsados, fue el lugar de origen de una nueva variante del virus. Luego de que en enero los hospitales locales quedaran completamente colapsados y la ciudad entera sin aprovisionamiento de oxígeno, ahora la nueva variante se expande por todo el país dado lugar a la segunda ola. No obstante esto, la cepa de origen británico también ha sido registrada en Brasil.

Los tres estados del Sur (Río Grande del Sur, Santa Catarina y Paraná), geográficamente más próximos a nuestro país, se encuentran colapsados desde esta última semana. Además de la región Sur, la región Nordeste, la segunda más poblada, también se encuentra en situación crítica. Desde comienzos de año, Brasil registra un promedio diario arriba de las mil muertes, pero este jueves la cifra diaria fue récord: 1582 en 24 hs., llevando la media móvil de los últimos 7 días a 1.150 muertes. Según el boletín de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), el país se encuentra en el peor momento desde el inicio de la pandemia, con ocupación de más del 80% de las camas de terapia intensiva del sistema público (SUS) en por lo menos 17 capitales. Florianópolis, destino turístico de muchos argentinos y capital de Santa Catarina, se encontraba hasta este viernes con un 96% de ocupación de las camas de terapia intensiva del sistema público.

El alto nivel de transmisión que registra hoy Brasil es motivo de preocupación también porque de esa manera se incrementan las posibilidades de nuevas mutaciones, sin que sea posible descartar la posibilidad de variantes que tornen ineficaces a las vacunas ya disponibles.

El presidente Jair Bolsonaro ha mantenido su postura de subestimación y negación de la pandemia. Este jueves en su transmisión en vivo vía Facebook aprovechó para cuestionar el uso de barbijos, "ustedes ya saben cuál es mi opinión al respecto", dijo antes de comentar un supuesto estudio científico que mencionaba "efectos colaterales" del uso de barbijo por parte de niños, tales como menos concentración y menor sensación de felicidad. Sin embargo, la prensa local no tardó en desmentir al presidente y mostró que el supuesto estudio no era más que una encuesta online realizada con un fuerte sesgo negacionista.

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