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Qué significa “Tchutchuca del Centrão”, el comentario que descontroló a Bolsonaro

La frase que le molestó al mandatario brasileño deja en evidencia la pirueta discursiva de este y su cambio radical ante el sistema político.

Por Ignacio Lautaro Pirotta | 21-08-2022 10:57hs

Esta semana Jair Bolsnaro fue noticia a partir de un video en el que se lo ve intentando quitarle el celular a un youtuber que lo estaba increpando con una serie de comentarios durante un paseo en la capital, Brasília. En el video se lo ve al youtuber llamándolo de “cobarde” y “vagabundo”, entre otras cosas. Sin embargo, Bolsonaro se molestó particularmente cuando fue llamado de “Tchutchuca del Centrão”. Fue ahí cuando el mandatario del país vecino se lanzó sobre el youtuber e intentó quitarle el celular.

Pero ¿qué significa esa frase y por qué irritó especialmente a Bolsonaro? Literalmente se lo podría traducir como “perrita del Centrão”, aunque para entender cabalmente el significado de la frase hay que verlo por partes.

En primer lugar, “Tchutchuca” (Chuchuca) es un término que se hizo popular a partir de una canción de funk de Río de Janeiro, del grupo Bonde do Tigrão, a inicios de los 2000. “Ven, Chucuca linda/ sientate aquí con tu negrito/ voy a ponerte en mi falda/ y a darte mucho cariño”, cantaba el líder de la banda, Leandro Moraes.

Hay un antecedente a lo ocurrido con Bolsonaro esta semana. En 2019 cuando durante una audiencia en el Congreso del ministro de Economía del gobierno de Bolsonaro, Paulo Guedes, un diputado de la oposición lo acusó de ser un “tigre” con jubilados y pensionados y “tchutchuca” con banqueros y los sectores privilegiados del país. El comentario lo enfureció al ministro y la audiencia tuvo que ser finalizada.

Pero para entender totalmente la frase “Tchutchuca del Centrão” lo más importante es el significado del segundo término y el contexto político que tiene. En Brasil, Centrão es el nombre informal que se le da a un grupo de partidos políticos de tamaño medio, con fuerte presencia a nivel municipal y en el Congreso, especialmente en Diputados. Se trata de un puñado de partidos conservadores que en ocasiones actúan coordinadamente, pero que sobre todo han quedado caracterizados por la predisposición a formar parte del gobierno de turno, a cambio de cargos y recursos. Así, los partidos del llamado Centrão, a la hora de conformar una coalición de gobierno, suelen priorizar las posibilidades de negociar cargos antes que cuestiones ideológicas o programáticas. Como no se trata de un grupo formal, algunos sitúan el número de partidos que lo integran en 7, y otros hasta en 10. Los partidos de mayor tamaño dentro de ese grupo son 4: Partido Progresista, Partido Liberal, Partido Social Democrático y Republicanos.

Los partidos del Centrão son mayormente conservadores y muchos de sus miembros pertenecen a las renombradas bancadas ruralista, evangélica y de seguridad pública. El surgimiento del nombre tuvo lugar durante la Asamblea Constituyente de 1987, cuando estos partidos conservadores de tamaño medio se organizaron para inclinar el proceso constituyente en favor de los intereses del entonces presidente José Sarney.

Posteriormente, el grupo volvió a tener entidad con los escándalos del mensalão en el primer gobierno de Lula, por el pago de dinero para mantener la coalición oficialista. También durante el proceso del juicio político contra Dilma Rousseff. En el caso de Dilma, los partidos del Centrão formaban parte del gobierno, ocupando diferentes ministerios y en empresas estatales. Pero el vínculo de esos partidos con el gobierno quedó minado cuando la entonces presidenta inició una embestida anticorrupción en los primeros años de su gobierno, removiendo a varios de sus ministros. Luego, hacia 2015, comenzaría la operación Lava Jato, que investigó los desvíos en Petrobras. Varios partidos del llamado Centrão fueron investigados y terminaron soltándole la mano a Dilma al ver que esta no intercedía contra el avance de las investigaciones. Los partidos del Centrão fueron claves en el proceso al abandonar el oficialismo y pasar a engrosar las filas opositoras, comenzando a sellar la suerte de la presidenta, que sería removida del cargo en abril de 2016.

A partir de la característica de dar prioridad a las negociaciones por cargos y los sucesivos escándalos de corrupción que asociaron a ese grupo de partidos con las prácticas poco transparentes es que el Centrão quedó en el centro de los cuestionamientos hacia la “vieja política”, el “toma y daca” y la “partidocracia”. En el contexto de enojo con la política posterior a la Lava Jato -conocida como la investigación anticorrupción más grande de la historia de Brasil-, desde 2016 en adelante y hasta la elección de 2018, el Centrão se convirtió en un sinónimo de lo peor de la política.

De hecho, Jair Bolsonaro hizo campaña utilizando al Centrão como un contrapunto a la “nueva política” que él venía a proponer. Bolsonaro fue, para las elecciones de 2018 un emergente del enojo de la sociedad brasileña con la clase política, una suerte de “que se vayan todos” canalizado en las urnas en octubre de aquel año.

Durante el primer año del gobierno de Bolsonaro, el Centrão fue el destinatario de las acusaciones del bolsonarismo durante las reinteradas movilizaciones convocadas en 2019. Para el bolsonarismo, era el Congreso el principal obstáculo para que el gobierno lleve adelante su programa, y dentro del Congreso se destacaba el Centrão. Bolsonaro se rehúso públicamente a practicar el presidencialismo de coalición o a “hacer lo que hicieron los otros”, algo que en la práctica lo dejó en una situación de debilidad política durante la primera parte de su mandato.

Sin embargo, la historia daría un vuelco durante el segundo año de gobierno de Bolsonaro. A mediados de 2020 y en un momento de fragilidad política comenzó a tejer una alianza con los partidos del llamado Centrão. Las turbulencias políticas producto de la pandemia, la salida del gobierno del ex juez Sergio Moro (que un par de años antes había condenado a Lula da Silva) y la detención de un histórico colaborador del presidente, Fabrizio Queiroz, indujeron al presidente a buscar aliados en el Congreso.

Fue allí cuando apareció el Centrão en el gobierno de Bolsonaro. Fue con la mayoría de esos partidos que el presidente se alió para dotar de más sustento a su gobierno. En realidad, Bolsonaro había pertenecido la mayor parte de su carrera política a uno de esos partidos, el Partido Progresista, por lo que en verdad se trataba más bien de un regreso al Centrão. En 2021, ese regreso se terminó de consolidar con la afiliación de Bolsonaro al Partido Liberal (PL), con el que competirá en las elecciones del 2 de octubre. El código electoral del PL es el 22, algo que también fue usado por estos días para jugar con Tchutchuca (22= two-two; +K)

Caiu na Rede! pic.twitter.com/lQ3Gudfn4c

Esta alianza con el Centrão tiene además la particularidad de que Bolsonaro creó un nuevo tipo de enmienda parlamentar por un valor que, para 2023, llegará a los 4 mil millones de dólares. Las enmiendas son un mecanismo por el cual los diputados y senadores destinan recursos y políticas a sus bases electorales, facilitando bienes y servicios públicos. Como el pago de las enmiendas corresponde al Gobierno, estas sirven para aceitar el vínculo de este con el Congreso. 

No obstante, las nuevas enmiendas creadas por Bolsonaro en principio no eran de conocimiento público. Una vez dadas a conocer a partir de una investigación del diario El Estado de San Pablo, tampoco había forma de supervisar su aplicación, montos ni para qué eran destinadas. Por ello, esas nuevas enmiendas se conocieron como “Presupuesto Secreto”. En definitiva, un cantidad considerable de recursos puesta a disposición de Bolsonaro para facilitar sus alianzas en el Congreso .

Así, el Centrão pasó, en poco más de un año, de ser uno de los objetivos predilectos de la incendiaria retórica bolsonarista a ser el principal aliado político y garante de la estabilidad del gobierno, a un costo para nada transparente. Es por eso que Bolsonaro se descontroló al escuchar esa frase de corte machista que deja en evidencia su pirueta discursiva en el transcurso de unos pocos años: “Tchutchuca del Centrão”

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