De Isaac Rabin, CFK y las 21:40 horas
A las 21:40 horas del 4 de noviembre de 1995 fue asesinado el primer ministro israelí, Issac Rabin. El jueves pasado, a las 21:40 horas, un arma fue gatillada dos veces sobre el rostro de Cristina Kirchner.
Por Luis Chervo | 03-09-2022 12:06hs
En la Plaza de los Reyes de Israel, la que hoy se llama Yitzjak Rabin, se convocó una multitudinaria marcha por la PAZ, el sábado 4 de Noviembre del año 1995, en la costera y hermosa Ciudad de Tel Aviv. La gente gritaba ”sí a la Paz, no a la Violencia”, había artistas y políticos de centro izquierda y de la izquierda de esa democrática República.
La expresión de la gente era eco de las palabras del primer ministro, que expresó: ”Fui un hombre de armas durante 27 años, mientras no había oportunidad para la PAZ, en esos momentos tuvimos que encarar guerras. Hoy, estoy convencido de la oportunidad que tenemos de realizar la PAZ, gran oportunidad. La PAZ lleva intrínseca dolores y dificultades para poder conseguirla. Pero no hay camino sin esos dolores”.
Finalmente se cantó a viva voz, la Canción de la Paz. Muchos jóvenes en edad de servicio militar eran acompañados por sus padres y por sus abuelos que, con lágrimas en los ojos, sabían perfectamente lo que el brillante ex militar, y hoy mejor político, decía.
Eran las 21:40, cuando al bajar del escenario por unas escaleras, rodeado de su seguridad y del calor de su gente, de voces que lo alentaban y le decían que lo querían, un tal Yigal Amir le disparó por la espalda justo antes antes de subir al vehículo que lo trasladaría a su casa. Isaac Rabin, quien había participado de numerosas batallas, y hacía pocos meses había recibido el Premio Nobel de la Paz, fue herido grave, trasladado de urgencia al Hospital Ijilov, en donde luego de 40 minutos de masajes interminables, lo dieron por muerto.
En esos 40 minutos, que habrá pensado el eterno Rabin, para su Pueblo, tal vez en sus victorias en la Guerra de los Seis Días, su victoria en el Pueblo de Tzahal, o en la entrega en Oslo de ese Premio tan merecido junto a Shimon Peres y a otro eterno para el pueblo palestino, quien no era más su enemigo, sino un colega de Estado, Yasir Arafat, en donde le dijeron su síntesis ideal: ”Isaac, pasaste de héroe de la Guerra, a ser, héroe de la PAZ”.
El final fue el cementerio de Jerusalén en el monte Herzl, gente de pueblo no faltaron, despidiendo a ese símbolo de ese Pueblo, con lo bueno y lo malo, pero genuino, puro, 100% parte de ese Estado de Israel, que quiso y pudo surgir, según sus creencias y su temple.
Dicen que la vida es lucha por una identidad, como lo hacen los palestinos, y otros pueblos. Días pasados leí un documento crítico de la cancillería china, por las intervenciones de los EEUU a diversos Países, en donde intentaron dominar metidos en sus temas internos. Los chinos dicen que la realidad es que los pueblos internamente deberán encontrar sus propios destinos de adentro hacia afuera. Lo cierto es que siempre existen en la Historia estos avatares de fanáticos que quiebran en parte esas historias.
Este jueves fue un día raro, fue el cumpleaños de mí gran Compañero Marcelo Lewandosky, que me acordé medio tarde, pues no paré en casi todo el día de trabajar, en mis asuntos, los cuales me llevaron a estar frente a la computadora más de lo deseado, y de fondo ponía la radio, la cual estaba intratable, era una cloaca de insultos, de agitación en contra del Peronismo, en contra de CFK, odio y más odio, que incluso no paró hasta sabiendo ya del atentado pasando las 22 horas en diversos programas de TV.
Cuando me dispuse a sentarme en mí sillón preferido, veo el móvil, ojeo el Twitter, y me informo sobre el atentado a CFK, eran las 21:40 horas y recordé, a Isaac Rabin y lo redactado en los párrafos anteriores.
La Historia marcará los tiempos por venir, pero nadie nos sacará de la mente este llamado de atención, de lo que puede llevar esta locura del odio y amor. En forma inmediata, llamé como un impulso a mí gran Amigo, Saturnino Titi Aranda, quien fue presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados durante 10 años, y me dijo con su infinita sabiduría: ”Los grandes líderes de la historia, generan tanto odio en la oposición de los extremos, como Amor en el corazón de su Pueblo”.
Finalmente pienso qué hubiese sido de este País si luego de esta cascada de siembra de odio, la imagen final de antes del disparo, fue una caricia con la mano izquierda de Cristina, sobre un rostro de un militante, vestido con ropa deportiva, con los colores azules y amarillos, que hoy lo escuche por radio que el pibe le dijo "te Quiero Cristina”