Los seres humanos somos los que creamos héroes, pues los necesitamos para inspirarnos, y esos héroes nacen para ser aceptados y queridos por el resto de la gente.

Si los políticos, los hombres de estado, supiesen lo habitual que la gente de pueblo habla de ellos y los valores y miserias de ellos que se discuten, les darían más valor a sus palabras y acciones.

Para analizar en forma ilustrativa esta vez me parece oportuno bajar al análisis a un Tuerto, a un Grande y a una Diosa en la Tierra. Me explico.

Cuando uno piensa que Grecia fue unida luego de luchas internas, por Filipo II de Macedonia, y que Alejandro logró llegar a extender su imperio hasta Pakistán, desde las orillas del Mediterráneo, en tiempo récord, sin haber perdido una lucha; y que Olimpia, su madre, luego de la prematura muerte de Alejandro, luchó por mantenerse en el poder, vemos a personas extraordinarias, talentosas, pero llenas de defectos y grandes momentos, como todo el resto de los humanos.

Lo interesante es ejercitarnos en no juzgar hechos del pasado con nuestros actuales estándares, esos mismos que están cambiando a diario, y nos movilizan en forma más dinámica hoy día, que en los años 300 o 400 antes de Cristo.

Cuando nos sumergimos en el mar de historias de Filipo II, de como unió Macedonia y dio paso a Grecia, o como Alejandro Magno transitó su camino de triunfos hasta la India desde los olivos griegos, o como conquistó Egipto y Persia, dando a conocer la cultura helénica que forjó al concepto actual del Mundo, la conclusión es que realmente los líderes importan y su personalidad es la que marca la diferencia ante la Historia.

En este caso encontramos que Filipo II construyó un reino y su hijo Alejandro construyó un imperio.

Parte de la fragmentada imagen para la posteridad de Filipo, se debe a que, además de haber muy poca información, tuvo un detractor mediático por aquel tiempo que se llamó Demóstenes, quien murió por veneno por el 322 a.c. en Calauria.

En cambio, su hijo Alejandro, quien a los 13 años pasó a ser tutelado durante cinco años por Aristóteles en la Ciudad de Mieza, recibió del ilustre filósofo enseñanzas sobre política y retórica, así como el concepto de que el hombre, para ser feliz, debe hacerlo en sociedad.

Aristóteles también le enseñó a Alejandro temas de ciencia, y lo llevó a incorporar un concepto fundamental para su vida: “si nadie escribe tu relato, tu historia, nadie se va a enterar, nadie va a valorar tu existencia”; y convenció a ese joven que sería capaz de conquistar el Mundo de su época, por eso estuvo rodeado de escribas y de redactores, que describieron notablemente sus hazañas.

Otra persona que entendió perfectamente lo que explicaba Aristóteles, fue Olimpia, quien como madre del Gran Alejandro Magno, una vez fallecido, exploró todos los caminos de sus anécdotas, magnificó sus grandes batallas, consultó a sus generales y leales que quedaron dispersos con sus nuevos Reinos heredados del más Grande estratega de su época.

Olimpia les pidió a sus poetas y músicos que cuenten las hazañas de su hijo y marquen las flaquezas de sus  enemigos una vez conquistados por los ejércitos macedonios.

A Olimpia se le debe en gran parte haber llevado la figura de su esposo, Filipo II, a un papel de Tuerto y Borracho, lo cual, por no menos cierto, fue un enfoque parcial de quien fue un enorme guerrero, quien dejó a su hijo un Reino, base de su futuro Imperio.

Concretamente, estos hombres y mujeres, unos 350 años antes de Cristo, inventaron el Relato.

estamos en un escenario diverso para contar historias y relatos; un escenario no siempre adecuadamente valorado por personas de más de 35 años

La verdad es que ayer y hoy, la mayoría de los líderes, como lo fueron Filipo II y Alejandro, son personas poco agradables, huraños, ariscos, esquivos, en definitiva, son hirsutos. Muy pocos líderes exitosos del Mundo son recordados por ser amables.

Luego de Cristo en la Tierra, dejaron su relato escrito un pequeño grupo de personas, llamadas Apóstoles, que en base a sus experiencias condensadas en papel, cueros, historias orales, terminaron en La Biblia.

Siguiendo con el ejemplo histórico analizado, sabemos hoy, que la mayoría de las conquistas de Filipo II, fueron por vía diplomática y no de lucha, aunque siempre estaba listo para encarar una guerra, por lo cual es valorado cada día más por los estudiosos de su Historia.

Hoy día estamos en un escenario diverso para contar historias y relatos; un escenario no siempre adecuadamente valorado por personas de más de 35 años. Me refiero, en general, a las redes sociales, pero especialmente a los mensajes cortos en plataformas muy dinámicas, incluso con la interpretación de los memes.

Tal es esta dinámica, que las grandes empresas de medios comenzarán a medir el próximo año el tiempo que un tema queda en debate en los diversos medios y en las redes, para darles en definitiva VALOR ECONÓMICO, que es lo que maneja a los Mercados y, por ende, a las Conductas Humanas.

En los últimos años, un tema de estudio en los grandes claustros internacionales es el fenómeno de alguien que no viene de los medios pero sí entiende la necesidad del público de informarse acorde a estos tiempos: Jeff Bezos, fundador de Amazon y dueño del Washington Post, el cual compró en 2013 por 250 millones de dólares.

Este evento no afectó la línea Editorial del Washington Post, pero sí su modo de relación de la noticia con sus lectores, por lo cual se impuso una Revolución Digital que se basa en una modernización de la confección de contenidos y un manejo de la información a través de simples modos que son propuestos por los nuevos canales de comunicación, tales como Instagram, Tik Tok, Twitter, etc.

El cambio es sugerido hoy en todos los medios modernos que tienden a captar por 15, 30 o 60 segundos el interés del LECTOR.

Este es el nuevo desafío de como EL RELATO MODERNO puede generar vínculo con la Nueva Sociedad de Consumo Inmediato